Causas de la baja autoestima

La autoestima puede definirse como la valoración subjetiva que hacemos de nosotros mismos (cuánto crees que vales, cuánto crees que mereces, cuánto te aprecias…).

Esa valoración puede ser positiva o negativa y se va formando a través de distintas experiencias a lo largo de la vida.

Tiene un impacto directo en nuestra salud mental, ya que influye en nuestra manera de relacionarnos, de tratarnos a nosotros mismos y de afrontar las cosas que nos suceden en la vida.

Síntomas de una baja autoestima

Estas son algunas preguntas que puedes hacerte para valorar qué tal está tu autoestima.

  • ¿Tienes dificultad para poner límites?
  • ¿Te criticas internamente todo el tiempo?
  • ¿Tiendes a «dar de más» en las relaciones para mantener al otro cerca de ti?
  • ¿Te cuesta alejarte de personas dañinas para ti?
  • ¿Antepones las necesidades de los demás a las propias?
  • ¿Necesitas continuamente de la aprobación de los otros?
  • ¿Sientes un miedo intenso al rechazo o al abandono?
  • ¿Temes dar tu opinión si difiere de la del resto?
  • ¿Evitas enfrentarte a ciertas situaciones por miedo a fracasar?.

Si has respondido que sí a alguna de estas preguntas, posiblemente sería conveniente trabajar en tu autoestima.

¿Por qué tenemos baja autoestima?

Las experiencias que vivimos en la vida y, especialmente, aquellas que tienen que ver con las relaciones, afectan de forma directa en nuestra autoestima. La manera en la que fuimos mirados y tratados desde nuestra infancia, repercute en la manera en la que nos miramos y tratamos a nosotros mismos después.

Pueden influir:

  • Experiencias de rechazo en la infancia o adolescencia (por parte de familiares, compañeros de clase…).
  • Falta de atención o abandono en la infancia.
  • Maltrato por parte de figuras significativas (parejas, amigos, profesores, familia…).
  • Vivencias traumáticas (bullying, abuso sexual, enfermedades…).

 

Autoestima frágil y autoestima estable

Nuestra autoestima, además, no solo puede ser alta o baja, sino que puede ser frágil o estable.

Será frágil cuando es muy dependiente de factores externos (cómo nos van las cosas, cuánto éxito tenemos, cómo nos ven los demás…). De esta manera, podemos alternar periodos en los que como las cosas nos van bien nos sentimos a gusto con nosotros mismos, con otros periodos en los que esa imagen de nosotros se desmorona cuando algo falla.

Lo ideal, no es tanto tener una autoestima muy alta, sino que ésta sea estable y permanezca incluso en nuestros malos momentos.

Contacta sin compromiso

Cristina López Centro de Psicología

Calle Santa Cristina nº4, Zaidín, Granada.